Tonada de un viejo amor, de Mónica Lavín
Hoy toca hablar de un libro que me mandó la Editorial Planeta y que tenía muchas ganas de leer: la reedición de “Tonada de un viejo amor” la primera novela que la gran escritora mexicana Mónica Lavín, un historia corta y muy intensa que vio la luz por primera vez hace ya 25 años, una obra que disfruté mucho porque habla de amores apasionados e irracionales, teniendo como escenario un pueblo vinicultor del norte de México, en plenos años cincuenta.
“Tonada de un viejo amor” arranca con un velorio: el de Carlos, tío y amante de Cristina Velasco - nuestra protagonista -; entre el llanto, el coraje y el deseo sexual aun transitando por sus venas, anticipamos que esta pieza literaria de tan sólo 139 páginas será todo menos aburrida y así, a manera de recuerdos, conocemos la intensidad de una relación prohibida, que se desarrolla en San Lorenzo, un poblado costumbrista y mocho, un lugar en donde las mujeres solo tienen un solo destino: casarse para que las mantengan y tener hijos para criarlos bajo los mismos preceptos.
Con escenas que desbordan pasión y sensualidad que se construyen en capítulos cortos y muy bien narrados, Mónica nos sumerge en la mente, el cuerpo y el corazón de Cristina; sentimos, gozamos, bebemos del vino que toma y junto con ella nos revelamos ante un destino que no está dispuesta a cumplir; al avanzar la historia, encontramos a una Cristina ya madura que con sonidos de jazz revive nuevamente esa tonada, ese amor encendido, esa pasión que renace y se relaciona entonces con un músico norteamericano que lleva a San Lorenzo.
Con un epígrafe dedicado al poema “Ajedrez” de Jorge Luis Borges, “Tonada de un viejo amor” es una muy buena historia que habla de libertad, de pasión y de vino tinto, ingredientes perfectos para leer esta novela de una sentada, se las recomiendo.
“Tonada de un viejo amor” está
publicada bajo el sello de Planeta (Autores Españoles e Iberoamericanos) y la
encuentras en audiolibro también (Storytel), la historia vio la luz nuevamente
apenas en julio pasado (en plena época de vendimia, por cierto)
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