Cuchara y memoria, de Benito Taibo
Recientemente terminé Cuchara y memoria, el libro más reciente del escritor, periodista y entusiasta promotor de la lectura entre jóvenes: Benito Taibo. Esta vez, el autor se adentra en su pasión por la comida y el placer que implica compartirla. Recibí el título de parte de Editorial Planeta y lo disfruté no solo por su narración fluida y entrañable, sino porque, entre risas y evocaciones, logró abrirme el apetito y darme ganas de ponerme a cocinar.
Publicado en noviembre del año
pasado, este volumen —el primero de dos entregas— está lleno de memorias
construidas alrededor de una mesa. Benito lo abre, como quien ofrece un
entremés, con una frase clara y contundente: somos lo que leemos, pero
también lo que comemos.
Con amor, devoción y una
investigación evidente, Benito escribe sobre la comida como quien rinde
homenaje a un ser querido. Es casi imposible terminar el libro sin querer
correr a la cocina, descorchar un vino y preparar, por ejemplo, un buen alioli,
mientras evocamos aromas y sabores.
El libro está organizado de la A
a la K, como una especie de abecedario culinario-literario. Él mismo me contó,
en una entrevista reciente en la Feria Nacional del Libro de León, que eligió
este formato para darle un poco de orden a la vasta información que fue
reuniendo. También me adelantó que la segunda entrega abarcará de la L a la Z,
con un enfoque más amplio hacia la literatura.
Cuchara y memoria
no es solo una colección de recetas (en realidad son muy pocas), tampoco un
simple recetario de anécdotas. Es una combinación de recuerdos personales,
viajes familiares con la comida como punto de encuentro, reflexiones sobre la
dimensión cultural del acto de comer, y menciones literarias que conectan
platos con libros, palabras con sabores.
Del arroz al kebab, pasando por
el betabel, el jitomate, los ceviches y, por supuesto, los imprescindibles
chiles, el libro me sacó sonrisas, nostalgia y también hambre. Quienes me
conocen saben que soy de buen diente, así que fue imposible no emocionarme cuando
Benito menciona los gaspachos de Morelia: ese coctel delicioso de
jícama, chile, naranja y queso cotija que tanto me hace suspirar.
Un guiño curioso que me encantó
fue la mención del libro La revolución de la glucosa, de Jessie
Inchauspé, un título que mi nutrióloga me recomendó el año pasado y que parece
haberse vuelto un básico para quienes queremos seguir disfrutando sin culpa.
Cuchara y memoria
es, en resumen, un festín para el paladar y la memoria, un banquete de palabras
que se sirve con generosidad, sentido del humor y un profundo amor por la vida
compartida.
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