El complot mongol, de Rafael Bernal
¡Pinche velorio! ¡Pinche soledad!
¡Qué ganas tenía de leer esta historia!
Considerada como la que dio inicio al género de novela negra en México, “El complot mongol” fue escrita por el periodista, poeta, maestro, diplomático Rafael Bernal en 1969, una breve cuyo protagonista es el detective y matón Filiberto García a quien le encomiendan indagar sobre la veracidad de un supuesto complot surgido en Mongolia y cuyo principal objetivo es asesinar al presidente en los Estados Unidos en su próxima visita oficial a nuestro país, un plan apoyado por la china comunista; Filiberto tiene que colaborar muy a su pesar con Graves, un agente del FBI y Laski de la KGB chocando un poco con sus maneras de trabajar, aprendidas en su pasado revolucionario.
A lo largo de sus tan solo 221 páginas (leí la décima octava reimpresión, publicada por la editorial Joaquín Mortiz de editorial planeta) nos volvemos amigos y cómplices de Filiberto y sus peculiares diálogos internos - que incluyen muchos pinches - mientras lo acompañamos no nada más al barrio chino de la ciudad de México sino también somos testigos de su profunda soledad, a la par que la corrupción del México Post Revolucionario, un fallido amor y una sucia política se asoman.
“El complot mongol” es uno de esos libros clásicos que hay que leer, uno que me gustó mucho por su narrativa, por las atmósferas que logra y por los múltiples análisis que ha propiciado; como pieza de arte, este título inspiró la película mexicana del mismo nombre, estrenada en octubre del 2018 bajo la dirección de Sebastián del Amo, con el papel protagónico a cargo de Damián Alcázar y la participación de Javier López (Chabelo), Eugenio Derbez, Roberto Sosa y Bárbara Mori, una película que hace un buena adaptación de la novela.
La edición de “El complot mongol” que disfruté,
cuenta con el diseño de portada del ilustrador mexicano Jorge Garnica, una obra
polémica también, pero esa es otra historia.
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