El Ruiseñor, de Kristin Hannah
La novela de ficción histórica es sin duda mi tipo de narración favorita y la reseña de hoy es precisamente de una extraordinaria que tenía desde hace tiempo en mi lista de lecturas: El ruiseñor, de la exitosa escritora norteamericana Kristin Hannah.
Publicada en el 2015 bajo el sello de Penguin Random House y con más de cuatro millones de ejemplares vendidos, El ruiseñor es una novela que nos habla de la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial; con un ritmo narrativo muy fluido, vamos acompañando a sus protagonistas: las hermanas Vianne e Isabel, la primera – la mayor – una mujer casada, que sufre el dolor de ver partir a su esposo a la guerra y queda sola al cuidado de su hija; la segunda, una joven rebelde, apasionada, que al unirse a la resistencia emprende un duro viaje, de autoconocimiento y valor.
A lo largo de sus páginas, el libro nos hace partícipes de la evolución sólida de sus personajes, de la dureza de la guerra, pero no aquella librada en el campo de batalla sino de esa otra lucha que enfrentaron las mujeres, las esposas, madres y maestras, del dolor de tener que decidir en el día a día, sobrevivir a base de mucho coraje y fe. Con cada párrafo, la autora logra que percibamos el frio, el miedo y la incertidumbre ante la brutalidad de las circunstancias, la novela repasa desde luego, hechos históricos fundamentales de manera fiel como el Gobierno de Pétain o la terrible operación viento de primavera.
El ruiseñor es una novela conmovedora, una de esas que duele terminar; una historia que es capaz de sensibilizarte y generar una profunda reflexión sobre el valor del amor por encima del odio, un libro con un final sorprendente, difícil, pero a la vez esperanzador.
“El sonido de su voz me recuerda que soy madre y las madres
no pueden permitirse el lujo de desmoronarse delante de sus hijos, ni siquiera
cuando están asustadas, ni siquiera cuando sus hijos ya son adultos”
Vianne, El ruiseñor
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